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Por socialización de los medios de producción, también llamando como colectivización, se entiende en economía política y ciencia política, al proceso de estructuración o reestructuración de la economía sobre bases socialistas, por lo general mediante el establecimiento de un sistema de producción para su uso en lugar de organizar la producción para el beneficio privado, junto con el final de la operación de las leyes del capitalismo. En su forma más desarrollada, el concepto de socialización implica el fin del dinero y la valoración financiera y el cálculo en el proceso de producción. El término se superpone muchas veces con el de nacionalización o estatización de la industria y la empresa de un país, aunque no es necesariamente un sinónimo pero tampoco necesariamente se oponen. Alternativamente, la socialización de los medios de producción puede significar el proceso de pasar de un régimen de propiedad privada individual de tales medios hacia uno de propiedad no necesariamente estatal, ya sea comunitaria o cooperativa.
La propuesta de socializar los bienes no se extiende a los bienes de consumo y/o pertenencias personales, ni busca evitar sueldos o ganancias derivadas del esfuerzo personal. Así, por ejemplo, Jan Wacław Machajski escribe: «La socialización de los medios de producción no significa otra cosa que la abolición del derecho de propiedad privada y de la gestión privada de las fábricas y de la tierra. En sus ataques contra el industrial, el socialista no toca los “honorarios” del director y del ingeniero».[1]
Para corrientes más comunitarias el concepto tiene el sentido específico de integrar los procesos económicos al control conjunto de la sociedad. Dice Peter Singer al respecto de este punto de vista: «La otra idea que es enormemente importante es esta noción de libertad, la idea que es tan diferente de la noción liberal. No podemos ser libres a menos que controlemos nuestro destino, a menos que nosotros, en lugar de ser arrastrados por el viento de las circunstancias económicas (para Marx) o dirigidos por la mano invisible de la razón (para Hegel) realmente tomemos control, realicemos nuestro poder, realicemos la capacidad colectiva de los seres humanos para controlar nuestro destino, y lo hagamos... es una idea de gran importancia. Ahora que ha sido presentada por Hegel y Marx, no será olvidada.[2] En ese sentido, se puede decir socialización es el proceso opuesto a alienación. Sin embargo, de hecho, existen diferencias sobre medios y fines en relación con como se podría o debería efectuar tal control social, por ejemplo, poniendo tales procesos bajo el control de alguna forma u organización política (comunas, consejos, federaciones de tales comunas o consejos, etc) o bajo el control directo de los trabajadores, lo que junto a otras consideraciones sobre lo que una socialización implica o no.
El contraste entre lo que significa la socialización de la producción para el Estado socialista, el comunismo sin Estado —ideal supremo del marxismo— y para el anarcocomunismo o corrientes afines han ocasionado un debate prolongado —aunque no siempre activo— acerca de lo que el proceso es y el cómo efectuarlo. Tales diferencias se agudizan en el caso de aquellos que proponen políticas de privatización, quienes generalmente entienden a la privatización como una «devolución de la economía a la sociedad»[cita requerida] y en cambio aplican el término socialización a la apropiación o nacionalización por parte de un Estado, entendiendo esta como necesariamente la entrega de la economía a la burocracia, es el caso del Premio Nobel de Economía Friedrich Hayek en su libro Camino de servidumbre.[cita requerida]